
Un espacio de trabajo requiere una iluminación adecuada en el área de labor de modo que otras luminarias del ambiente no proyecten sombras sobre el área donde se trabaja o estudia.
Se requiere pues un equilibrio cuidadoso entre las luces ambientales de los espacios generales o de circulación y las luces particulares de cada puesto de trabajo.
Un puesto de trabajo ergonómico, que permite una máxima productividad es siempre un espacio correctamente iluminado en intensidad y en el tipo de bombilla elegida, de modo que las largas horas de trabajo y concentración con los ojos no dañen la vista, sino que permitan trabajar o estudiar con un adecuado contraste entre los blancos y los negros.